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La solitaria vida del guardaparques que custodia las islas de Santa Fe
La solitaria vida del guardaparques que custodia las islas de Santa Fe
Diego del Río se levanta temprano, hace el mate y comienza las labores cotidianas. No habla con nadie. No tiene con quien hablar. Está solo, en medio del humedal del río Paraná. Sus únicos acompañantes de esta experiencia de vida son los yaracés, carpinchos y gatos montés, entre otros. También, la gran variedad de pájaros que se acercan a compartir la rutina agreste mientras el guardaparques se ceba otro mate a la sombra de un aromito. No mucho más. Todo naturaleza.
"Este lugar es un paraíso", dice el hombre de 28 años que habita solitario la isla desde hace dos años y medio atrás. Fue por entonces, en medio de la pandemia por coronavirus, cuando lo designaron para custodiar el Parque Nacional Islas de Santa Fe. Era también el comienzo de esta época de quemas que todavía perdura. Y el guardaparques se transformó entonces en un faro de alerta para tratar de contener la situación y evitar el desastre. Para intentar salvar el humedal.
Hoy del Río transcurre su vida entre las labores de mantenimiento de senderos para el monitoreo del Parque. Prepara el predio que el gobierno pretende abrir al público a fin de año. Es la isla El Rico, en medio de la nada, sin luz, sin agua, ni señal clara para la conectividad, a una hora en lancha desde Puerto Gaboto. Y a otra hora en auto desde la ciudad de Santa Fe.
Pese a la soledad y la distancia, del Río siente que está pleno, en su lugar. "Lo disfruto desde el primer día que me tocó habitarlo", dice. "Estar acá es un sueño cumplido, a pesar de ser un lugar tan inhóspito".
El Parque Nacional Islas de Santa Fe fue creado en 2010, mediante la Ley Nacional Nº 26.648. Es una reserva natural de 4096 hectáreas que pretenden ampliar a 10 mil. Está emplazada en el sitio Ramsar "Delta del Paraná", a 110 kilómetros al sur de la ciudad de Santa Fe, por autopista. La denominación Ramsar lo categoriza como un humedal de importancia internacional. Protegiéndolo se siembra futuro. La sustentabilidad de la vida en la tierra. Por eso el objetivo es preservar el ecosistema de la zona, tan castigada en los últimos años por las quemas y el avance del hombre sobre la naturaleza virgen: plásticos, desechos químicos, deforestación y modificación del suelo.
Rutina
"Acá me levanto, disfruto la salida del sol frente a la casa sobre el río mientras me tomo unos mates junto al canto de la gran cantidad de pájaros que aparecen, y con el bicherío", cuenta del Río. "Después hago una recorrida en lancha, algunos días más tarde vienen los brigadistas y trabajamos en el predio, hasta que se van y quedo nuevamente solo, tranquilo, al atardecer", comparte ese momento de cada día, y afirma: "Esta vida te da una libertad increíble".